1 Lava los tomates con agua fría y sécalos con papel absorbente o un paño limpio.
2 Corta los tomates en cuartos, retirando el tallo y la parte dura del centro.
3 Con un cuchillo afilado, corta cada cuarto de tomate en cubos pequeños y uniformes, asegurándote de mantener la piel del tomate.
4 Continúa cortando los demás tomates de la misma manera hasta que tengas la cantidad deseada para tu sopa.
5 Agrega los tomates picados a la sopa según las instrucciones de la receta.
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